lunes, 14 de noviembre de 2016

Komboskini: La cuerda de oración



(Crédito: Genio Femenino)
El origen de la cuerda de oración, se atribuye a los tiempos del fundador del monasticismo cenobítico (tradición monástica iniciada desde los tiempos más remotos del cristianismo, que enfatiza la vida en común). San Pacomio el Grande (siglo IV), quién la introdujo como un medio para ayudar a los monjes analfabetos a decir su regla de oración diaria, para que lograran realizar una cantidad definida de oraciones y postraciones. Desde entonces la cuerda de oración ha ganado popularidad en el monasticismo Oriental y ha sido de uso común entre los fieles.

De acuerdo con su regla, cada monje se obliga a cumplir un número determinado de postraciones junto con la Oración de Jesús (“Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de mí, que soy pecador”).

Su origen, según los monjes del monasterio de San Gerasimo en el monasterio de Zakinthos, Grecia. Según estos monjes existió en el siglo VI, un monje muy dedicado a la oración, quien en su búsqueda de un modo de concentrarse en la oración, ideó la forma de hacer una cuerda basándose en nudos, acompañándolo de oración. Pero cada vez que él comenzaba a tejer los nudos, el demonio los desasía y el monje debía reiniciar el trabajo. Entonces un Ángel se le apareció en sueños y le mostró un nuevo nudo para hacer la cuerda, este nudo estaba compuesto de nueve cruces y por esta la razón el demonio no podía desarmarlos.

Oración del Komboskini

Existen diversas versiones de la Oración de Jesús:

• “Señor Jesuscristo ten piedad de mí”
• “Señor Jesuscristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, que soy pecador”
• “ Señor Jesucristo, por la intercesión de nuestra Señora, ten piedad de mí”

Esta oración debe decirse en cada nudo del komboskini, ya sea cuando se hace o mientras se reza con él. Para las intenciones especiales se sustituye el nombre propio por el de la persona enferma o en necesidad de rezo.

Lo mismo se hace en el caso que la oración sea dedicada a un difunto.

• “Señor Jesús Cristo, hijo de Dios, ten misericordia de ......,”(nombre de la persona por la se reza )

Descripcción del Komboskini

• El Komboskini se hace con lana pura de oveja para recordarnos que Jesús es el cordero de Dios.
• Es negro para recordarnos el luto por nuestros pecados; borgoña para recordarnos la sangre de Nuestro Señor; o blanco que es el color natural del cordero.
• La Cruz nos recuerda a Jesús y sirve como marca, cada 10, 25, 33, 50 o 100 nudos.
• La borla, en algunos Komboskini, nos recuerda el consuelo a nuestras lagrimas.

Tipos de Komboskini

• Komboskini de uso cotidiano para usar en la muñeca de la mano.
• Komboskini de uso cotidiano que se lleva en el bolsillo.
• Komboskini para tener sobre la cabecera de la cama.
• Komboskini para el Iconostacio.

Utilidad del Komboskini

La razón principal para la cual se utiliza el Komboskini, es para ayudarnos en nuestras oraciones a Dios. Las mejores horas para la oración, son en la noche antes de dormirnos o temprano en las mañanas antes de salir a trabajar Alguien podría decir que aún sin el Komboskini podemos elevar nuestras oraciones y es cierto. Pero muchas veces, tenemos tantas preocupaciones y problemas , que hasta olvidamos darnos tiempo para la oración. Es entonces cuando el Komboskini de muñeca o de bolsilleo nos pueden ayudar, mientras caminamos, vamos en bus o metro, esperamos que nos atiendan o en los momentos de oración en nuestra casa.

Llevando la cuerda de oración en su mano, el monje recuerda su tarea principal continuamente: orar incesantemente, algo que el Apóstol Pablo no sólo requirió de los monjes, sino de todo Cristiano en general (I Tes. 5:17). Esto explica por qué a un monje recientemente tonsurado, se le confía inmediatamente por el abad el cordón de oración con las siguientes palabras: “Acepta, hermano ......, la espada espiritual que es la palabra de Dios en el Jesús eterno, ora por que debes tener el nombre del Señor en tu alma, tus pensamientos, y tu corazón, y di siempre: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de mí, que soy pecador.”

Todos aquéllos que buscan su salvación están invitados a este recuerdo incesante del nombre salvador de Jesús, tanto las personas comunes, como los monjes o monjas.

Fuente:
Folleto No. 802
Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa
Patriarcado de Antioquía, Arquidiócesis de Chile.
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